Era alto, de tez blanca y cabello completamente acanado. Sus facciones revelaban que sus orígenes no eran de estas latitudes.

Rodolfo McKing, así era su nombre de pila, pero en Baranoa fue ampliamente conocido como ‘Maqui o Machín». Dedicó gran parte de su vida a la elaboración de mallas para las porterías de fútbol. Era un apasionado por el ciclismo, el cual desempeñó hasta sus últimos días.

“Muy poco se conoce de sus orígenes. Quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo y compartir con él, sabemos que siempre cambiaba la historia de su vida. Fue un buen padre y me duele que haya muerto en total abandono», dijo una mujer que pidió no revelar su identidad, “mi nombre no importa. Fui una amiga muy cercana», aseguró.

La misteriosa mujer dijo conocer a profundidad la historia del abandono en el que, aparentemente, vivía Rodolfo, pero ella prefiere guardar silencio y pide a sus hijos que le den una digna sepultura.

Muchos lo recordarán porque siempre se mostraba con su compañera inseparable: su bicicleta. En su vestimenta nunca faltaba el pequeño casco negro y su particular forma de vestir.

“Maqui o Machín», en sus mejores momentos, tejió las mallas para escenarios deportivos como el estadio Metropolitano, Romelio Martínez, Eugenio Gómez, entre otros. Una actividad tal vez subvalorada o poco conocida como la vida misma de este enigmático hombre que la tarde de ayer fue hallado sin vida y en avanzado estado de descomposición en un sector del occidente de Baranoa.